--¿Padre Barragán, los juegos satánicos son una puerta al infierno?
--Sí, y eso es curiosidad malsana, el problema es educativo. Los padres por eso deben estar atentos, un buen cristiano, un católico instruido, no será confundido, porque sabe distinguir entre el bien y el mal, los valores y los antivalores.
--¿La juventud de hoy está preparada para enfrentar las fuerzas del mal?
--Hay un gran vacío y deterioro educativo porque la proliferación en nuestra época del satanismo y de sectas satánicas, especialmente entre la juventud, es un fenómeno verdaderamente alarmante.
Y la familia es fundamental para alejar a los jóvenes de estos males. La familia es la escuela más chiquita, pero la más importante para alejar de las tentaciones.
--¿Qué juegos son considerados como prohibidos por la Iglesia?
--Todos aquellos que deterioran a la Iglesia, la Iglesia siempre cuida la vida, nuestro Dios es un Dios de vida.
--¿La güija es un signo de muerte?
--Son distractores. No hay que darle mucha importancia pero como padres hay que estar alertas.
Para el pastor Pedro Onésimo "muy frecuentemente sucede la incorporación al satanismo por vía de juegos demoniacos. No creamos que estos juegos son inocentes o simplemente la búsqueda de respuestas en el propio inconsciente".
Detalló que la güija no es juego inocente, sino un método de espiritismo o contacto con espíritus malignos y/o almas condenadas, los cuales llegan a tomar posesión de los participantes y pueden llegar a hablar, no sólo con las letras, sino a través de los mismos jugadores.
