San Salvador, El Salvador -. ( AGENCIALAVOZ.COM ) Los deslizamientos ocurridos el fin de semana anterior en la comunidad Nueva Israel, ya habían sido advertidos por la Asociación Salvadoreña de Ingenieros y Arquitectos (ASIA), luego del arrastre del bus de la Iglesia Elim, en la colonia Málaga.
Ahora, el llamado es para que las familias que viven directamente en la orilla de la quebrada La Lechuza abandonen la zona. El agua está erosionando la ribera y debilitando el terreno.
La advertencia ha llegado a la zona del desastre con fuerza. De hecho hay 53 familias albergadas en el Instituto Nacional Técnico Industrial (INTI), por temor a que ocurran más tragedias.
Juana de los Ángeles Leiva, una mujer de 84 años, vive a tan sólo cinco metros del derrumbe del puente Quiroa. La octogenaria aún no ha abandonado el lugar pues confía en que las condiciones del clima mejorarán en los próximos días.
Los vecinos están pendientes de la señora, al mismo tiempo que del resto de familias que están en condición de riesgo.
A Mary de Silvestre se le inundó toda la casa y perdió la mayor parte de sus pertenencias. Desde el fin de semana, no duerme.
“Estamos bien preocupados porque esta zona ya no es apta para vivir. Queremos que nos ayuden a conseguir una casa digna en otra parte, donde no corramos peligro”, dice la señora.
Y este ruego se escucha en coro por los débiles pasillos de la Nueva Israel, sobre todo en aquellos hogares que residen en la ribera de La Lechuza.
Gloria Estela Medina tiene los ojos hinchados de llorar, al ver que la corriente destruyó todo lo que había construido con años de trabajo en una maquila.
Sus tres niños han quedado sin hogar seguro y la mujer sostiene que no cuenta con ayuda de ningún familiar para recuperarse de estas pérdidas.
El alcalde en funciones, Miguel Sáenz Varela, sabe del enorme riesgo que corren las familias. Informó que los técnicos de la municipalidad están elaborando una propuesta técnica para pedirle ayuda al ministerio de Obras Públicas, ya que la magnitud del caso rebasa sus posibilidades.
Pero no sólo los residentes de esta zona de la capital resultaron afectados por las lluvias. En la lotificación San Carlos de San Martín, dos viviendas también están a punto de colapsar por el debilitamiento del terreno.
Los propietarios están albergados en la Iglesia Pentecostal Unida. Añadieron que han informado al alcalde, Mario González, de la situación, pero no han recibido apoyo.
Se intentó obtener una versión del edil, a través de su departamento de Comunicaciones, pero no fue posible.
